domingo, 25 de abril de 2021

Responsabilidades de un Ministerio de Canto y Música (MiCMu) de la RCCES.

 

Su primera responsabilidad y la más grande es buscar la Santidad a través de esta  hermosa vocación (Heb 12, 14), continuar caminando en la fé y seguir profundizando en su conversión personal, dar fruto como hijo, como estudiante,  como trabajador ya que les recuerdo que el integrante de un MiCMu como requisito es haber tenido su encuentro personal con Cristo por el anuncio del Kerigma, ser asiduo a los canales de gracia divina (sacramentos).

( Jn 15, 1-8 )

Después recordar que ministrar cantos dentro de una asamblea de oración de la RCCES es su principal objetivo, Dios les ha llamado para eso, así que tienen que cumplir cabalmente con su misión, ¿cómo? Asistiendo disciplinada y puntualmente a sus ensayos, dando lo mejor de si en ello, ya sea si se es músico o vocalista, nunca olviden que su labor no es ser escuchado como si fuese un concierto,  sino ser puente para que la asamblea de hermanos de la RCCES se abran atreves del canto a la alabanza sublime a nuestro Señor.

Salmos 86,12

Te daré gracias, Señor mi Dios, con todo mi corazón, y glorificaré tu Nombre para siempre.

Si eres músico busca superarte, pero pon tu arte a disposición de Cristo renunciando siempre al ego y vanagloria personal, si eres vocalista cuida de tu voz, y superate  tambien en lo vocal, dicción y entonación reconociendo siempre que tu voz es un Don divino, recuerda: la música también será usada por el enemigo como principal tentación para apartarte del Reino y de la comunidad.

1 Pe 5,8

Tu vestimenta debe ser testimonio de alguien que ha sido rescatado del mundo, de su materialismo y superficialidad, que no sea distractor para la asamblea y motivo de que se centre la atención en la persona.

Si eres mujer cuida tu maquillaje y si eres hombre tu peinado, ¿es mucho? Mira la cruz…ahora te pregunto de nuevo: ¿es mucho? Si es así, tal vez esto no es lo tuyo, busca tu lugar en otro apostolado.

Consagra tu voz, tu instrumento musical el lugar de tu ensayo, tus cantos, todo tu ser al servicio de Aquel que nos Amó. 

Se ordenado y disciplinado con los cantos y donde los tienes registrados, para que al momento de estar ministrandolos no sea complicado,  panderos, baterías, ritmos y danzas utilizarlos con decoro pues muy fácilmente pueden ser distractores en la asamblea de oración. 

Tener un amplio repertorio de cantos para cada momento de la oración: alabanza, adoración,  perdón,  petición,  sanación,  proféticos, etc, esto llevará horas, días, meses, años de ensayos, de práctica y entrega, el camino no es fácil. 

Dios reserva Gracia a las personas atraves de tu canto, de tu música, miles pueden rendir sus corazones a Cristo, convertir sus vidas por una nota o un verso, la misión es tan bella e importante que no te faltaran pruebas y tentaciones,  estudia tu fe, la Santa doctrina de nuestra madre iglesia que te sostendrá en tiempos difíciles. 

Recompensa: ver al Maestro cara a cara y a sus piés cantarle eternamente.

Jn 14, 3; Ap 5,13

Tenemos una gran maestra, madre y modelo en alabanza, María, clamemos junto con ella: "Alaba mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, Mi Salvador".

Lc 1, 46 - 55

Dios bendiga tu voz, tus instrumentos, tus ensayos, tus asambleas y tu Ministerio.

Sal 103,22

Puedes leer también en este blog:

DIFERENCIA ENTRE UN CORO Y UN MINISTERIO DE MUSICA DE LA RCCES.

Donde se analiza los distintos ámbitos de cada uno de ellos.


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